martes, 11 de septiembre de 2018

La vida y su sin sentido

Hay un punto en la vida en el que uno se da cuenta de algunas cosas como por ejemplo: ¿quién realmente importa?, ¿quién nunca importó?, ¿quien ya no va a importar y quien importará para siempre? Pareciera, entonces, que no vale la pena preocuparse por las personas de nuestro pasado, (creo que esto no aplica para familiares directos: padres, hijos, hermanos), pues, sin duda, hubo una razón por la que no llegaron a estar en nuestro futuro. Afirmación del saber popular, y por ello valiosa y vislumbrante.

Sin embargo, uno piensa cuál pudo haber sido la razón de esas pérdidas, e invierte muchas e inestimables horas presentes y futuras en tratar de hallar dicha causa, aún sabiendo que encontrando la respuesta, nada actual de nuestra vida va a cambiar, y peor aún, nada de nuestro futuro cambiará tampoco. No es que crea en el destino, como ruta intransformable de nuestra vida, sino que aparentemente parece que las lecciones de la vida no tienen aplicación inmediata, y quizás tampoco en otra vida, así que tales lecciones son simplemente lo que hay que vivir, ¡y ya! Tratar de desentrañar este aspecto existencial es absolutamente inútil, pero innegablemente divertido.

Ahora bien, el ser humano inteligente aprende, pero, quizás, ese aprendizaje más que vano es intransferible. Sin embargo, uno escucha que los animales aprenden o que las organizaciones aprenden... cómo sera el método y cómo logran la utilidad de ese aprendizaje, ¿alcanzarán, ciertamente, a resolver conflictos?  De ser cierto, será genial entender y saber que sí es posible no topar dos veces con la misma piedra. Se podría aprender a resolver sin mayor dolor o sufrimiento; más aún, podríamos hallar sentido a eventos que hasta hora nos han ocurrido, sin ningún propósito aparente y que vemos como azarosos o inevitables por defecto.

Solo unas lineas más para expresar que no tiene propósito tratar de darle sentido a la vida con teorías, trabajos, accesorios, historias, amigos, viajes e inventos, si el sentido propio más básico no lo tenemos claro en nuestro ser más intimo y apartado de la vorágine y convulsión moderna llamada progreso y desarrollo.

Cierto es que nada, ni nadie puede sustituirnos en la tarea de vivir nuestra vida en forma feliz y plena... esa es nuestra única e irremediable responsabilidad; ante eso, particularmente y simplemente... ¡me rindo! Pero, ante lo que permanezco firme y en pie es en tratar de seguir en el sin sentido de la vida y ver qué tanto aprendo... del alma. 


Atisbo a la soledad


En un vano afán, repienso, ¿cómo podría entenderse la soledad? 
Evocando textos, otrora leídos, pienso en Bryce* quien dice que la soledad no existe para aquel que puede recordar los momentos en que no estuvo solo y sabe que esos momentos volverán. También dice que otra persona puede estar ausente, pero en cierta medida continúa a nuestro lado. Particularmente, creo que aún en compañía podemos sentirnos muy solos. Siguiendo a Bryce para sentirse solo, es preciso desear ser dos, y tener nostalgia de ello. Eso si es un sentimiento que la mayoría conocemos muy bien.
Parece que hay lecciones que por más que uno se esfuerce no logra aprender, el quererse como lo más importante, el aceptarse y el dejar que el destino, o la vida nos regalen lo que saben nos hará felices.
Sin duda, seguimos cometiendo errores… no hay forma de que aprendamos, uno quiere, lee, va y viene, pero los sueños del mundo por venir… que no llegan nunca, nos sumergen en la nostalgia, en la tristeza de una vida vivida sin propósito, o sentido cierto… pleno
El estado de sueño permanente que uno ha tenido quizás no permite concretar los más anhelados deseos. Sé sabe que el otro de nuestra mente no existe como tal, no lo vemos cómo es realmente,  sino que lo vemos como lo queremos ver.
Que difícil aceptar lo que señala el autor al afirmar que la soledad es un signo de una decepción íntima, es decir,  que cuando no coincide la realidad con lo que esperábamos se decepciona nuestra imaginación. La soledad señala Bryce nos ayuda a asumir nuestras desilusiones y liberarnos de la obsesiva frecuentación del otro.
Esto parece correcto si entendemos que la valoración cultural contemporánea es la libertad y la independencia. En ello subyace que no necesitamos del otro… ¿será eso cierto?... Entonces, ¿por qué el ser feliz es un artículo de lujo, aún en estos días, cuando realmente es de primera necesidad?...

*Bryce Echenique Alfredo.
Entre la soledad y el amor, 2007.

lunes, 4 de junio de 2018


La educación como política pública para la equidad de género.

Hoy en día encontramos importantes literaturas de corte sociológico e histórico en la temática de equidad de género. En el área educativa apenas se identifican propuestas y reflexiones para la praxis en los niveles educativos. A primera vista pareciera revestir importancia para los actores involucrados y sus aproximaciones la búsqueda de un ejercicio justo y equitativo en la acción educativa. Pero, ya no basta con pensar en el cumplimiento de la equidad como Derecho Humano, sino en las condiciones dentro de los contextos de esa Equidad de Género. Por ejemplo, la tasa de escolarización, alimentación, niveles de pobreza, alfabetización tecnológica, integración al currículo escolar, son constantes en la realidad Latinoamérica  y que afectan ese proceso de igualdad.
Aun cuando Venezuela es declarada por la UNESCO territorio libre de analfabetismo para el año 2005, este panorama no es el mismo para otros países de la Región donde las niñas y adolescentes no gozan de la educación formal. Según la UNICEF para el año 2012, seis punto cinco (6,5) millones de niños, a nivel mundial, no asistían a la escuela. Específicamente para nuestra Región el Banco Interamericano de Desarrollo para el año 2013 indicaba que la problemática de maternidad temprana tiene gran peso en los índices de deserción escolar, a la par de señalar que en América Latina y El Caribe se alcanza la tasa de fertilidad más alta.
            Lamentablemente se sigue advirtiendo brechas de desigualdad, ello apunta al problema de las diferencias ya que pese a las luchas sostenidas de mujeres y de la conquista en el tiempo de algunos derechos, no sería correcto afirmar que hay en la práctica una real situación de igual y equidad de género.
Llama la atención que convivamos en medio de contrarios con cargas de género: escolarizado-desescolarizada en Latinoamérica. Pero, ¿hasta cuándo seguir siendo espectadoras (es) de ese fenómeno?, ¿esas voces que interpretamos y traducimos qué buscan?, ¿cuándo veremos la educación de diferencias como un problema político? Para empezar a brindar una solución es necesaria la creación y revisión de programas académicos que garanticen la igualdad y equidad en términos del uso del lenguaje (redacción de objetivos de aprendizajes y estrategias) hasta la presentación de programas analíticos con discursos no generalizantes. Esto último considera el desuso de vocablos: alumnos y discentes, que marcan cada vez más diferencias en la comunidad de aprendices.
Entonces, ¿cómo evitar esta posible brecha? A partir de la formación permanente a profesores (as). A través de inducción y ofertas periódicas de cursos, talleres y seminarios que apunten a la creación de espacios en la misma academia para el intercambio y la reflexión. Los posibles productos, materializados en sistematizaciones o papeles de trabajos, conformarían aportes dignos de compartir en medios divulgativos, como revistas, radio o TV.  Esto para llegar a la difusión de ideas y reflexiones las cuales siendo pertinentes para los diseños, fortalecerían la formación del profesorado, a la par de  plantear  plataformas tecnológicas que faciliten el alcance del conocimiento.
Otro aspecto a considerar como política es la Transversalización con enfoque de género. Ésta entendida como propuesta para las mallas curriculares de niveles educativos y modalidades lo cual aportaría importantes cambios en la mirada y tratamiento de la comunidad de aprendices. Esto implica la formación a profesores (as) universitarios (as) y el desarrollo de espacios de encuentro para intercambios de experiencias.
Afortunadamente desde el mismo Estado Venezolano se ha profundizado, en materia legal y en la práctica, sobre temáticas relacionadas al enfoque de género para que el Poder Popular continúe con esta línea. Así tenemos el Plan de la Patria ahora Ley del Plan de la Patria con claros objetivos estratégicos donde se transversaliza la igualdad y equidad. Se señala a continuación uno como lo es  la Soberanía, donde se plantea que las mujeres están en la base y en funciones públicas con el fin de garantizar la igualdad. Desde el tener patria  podemos ser ciudadanas. Desarrollando un  modelo propio socialista, que enfrente  la visión capitalista de la mujer como objeto. Considerándola y valorándola en sus múltiples roles: madre, profesional, ciudadana, ente activo y productivo de la sociedad.

            Por eso creemos que en el centro de la Educación debe estar la visión de equidad de género como eje conector interdisciplinario del aprendizaje y formación, para que con los años logre convertirse en una práctica común en las instituciones educativas y por transitividad lograr así la transformación que necesita la sociedad para ser más justa y equitativa, para alcanzar la mayor suma de felicidad posible.



Breve mirada a tres momentos feministas.

Ignoramos nuestra verdadera estatura
hasta que nos ponemos de pie.
Emily Dickinson.


El tema del feminismo en la actualidad debe reconocer en la historia grandes aportes hechos por mujeres luchadores que desde diferentes circunstancias comprendieron que debían hacer algo para lograr reconocimiento, igualdad de derechos, pero sobre todo libertad de acción y decisión.
El feminismo es un movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres. La influencia del feminismo ha conseguido cambios en ámbitos como el voto femenino, la igualdad ante la ley o los derechos reproductivos.  Podría señalarse en occidente el siglo XVII como semillero de acciones que tienen una orientación colectiva de mujeres por sus derechos. Siguiendo a la filósofa Ana de Miguel, el feminismo empieza en el momento que logran articularse un conjunto de reivindicaciones, logrando acciones que dejan de ser retórica vacía y conveniente.
Se pueden señalar tres momentos u olas feministas. Para hacerlo más puntualmente se tomará la clasificación descrita por Amelia Valcàrcel, quien marca el inicio de estas olas en la Ilutación Esta primera ola reivindica la ciudadanía de la mujer, sin reconocimiento justo de sus derechos están prácticamente a merced de la voluntad de las figura masculina que la represente. El texto de Mary Wollstonecraft centra el debate en la igualdad de la inteligencia, por lo que apoya una educación igualitaria. También aporta una serie de reformas que incluían el derecho al voto, replantear la institución matrimonial y la custodia de los hijos. Comienza una dialéctica intelectual, jurídica y política del papel de la mujer en la sociedad.
Un segundo momento u ola la encontraremos con el nombre del feminismo liberal sufragista. En esta etapa se centra la atención en el derecho al voto de las mujeres. Se ubica desde mediados del siglo XIX hasta la década de los cincuenta del siglo XX, con la Declaración de Séneca Falls de 1848. Cuando hombres y mujeres de diferentes movimiento sociales tomando como base la declaración de la independencia norteamericana, proponen la independencia de la mujer superando la injerencia de padres, hermanos, maridos, a la par de tener derecho al trabajo. Siendo esto prioritario al derecho de votar.  Por su parte, en Inglaterra surge el movimiento de las sufragistas liderado por Emmeline Pankhurst,  potenciado así el debate sobre el sufragio femenino a nivel universal. Poco a poco el siglo XX irá dando paso a lentos logros en los derechos de la mujer. En paralelo el activismo por los derechos civiles de otras minorías como los afrodescendientes quienes sieguen oprimidos y segregados en muchos países como por ejemplo EEUU lograran mejoras sociales. Sigue la lucha por la admisión de mujeres en aulas universitarias, pero será algo poco convencional y sin aprobación social ya que las mujeres tienen en este momento un marcado rol social de madre y esposa.
El tercer momento u ola se conoce con el nombre de feminismo contemporáneo. En esta etapa se propone un cambio de valores. Obras como El Segundo Sexo, de Simone de Beauyoir y la Mística de la femineidad de Betty Friedan orientarán una revolución desde los años sesenta hasta la actualidad. Se plantean otras luchas como liberar a la mujer del estereotipo de objeto sexual a través de los medios de comunicación en creciente auge, pero intereses económicos hacen difícil esta propuesta. Se persigue eliminar el patriarcado que promueve desigualdad y se consolidan logros y conquistas de los movimientos anteriores. Bajo el lema “lo personal es político”, se debate sobre la sexualidad femenina, la violencia contra la mujer y el aborto entre otros, con relativo éxito.
Por otra parte, en Venezuela, será inevitable que desde la impronta de 1492 se instale una versión más férrea del pensamiento patriarcal, hegemónico, europocéntrico y andropocéntrico. La conquista borrará cualquier viso de sociedad solidaria y colectiva por considerarla de menor valor. Es desde esa mirada que se construirá la latinoamericanidad y la venezolanidad, con fallas graves de origen.
 Las olas feministas europeas van a contagiar a las mujeres venezolanas y en 1935 con la transición del campo a la ciudad se va a generar una nueva visión de país, estamos en los albores del rentismo petrolero.
La primera etapa del feminismo en Venezuela se enmarcar en un breve periodo sufragista de 12 años de lucha (1936 a 1948) que plantea: el derecho de la mujer a la educación y el derecho al voto conquistado en 1947.
            La 2da Etapa, del 1948 al 1968 son veinte años de disminución de los movimientos feministas en Venezuela debido a que las mujeres se organizan para incorporarse a la actividad política de lucha contra la dictadura del Gral Marcos Pérez Jiménez, se orientan más a la política colectiva postergando sus propios intereses.
.           La 3era etapa del feminismo Venezolano se ubicaría del 68 al 98, luego del proceso de pacificación que permite el reagrupamiento de organizaciones de mujeres con agenda de lucha feminista específicamente. Para 1975 se crean instituciones estatales especializadas en el tema de la mujer, y  se fomentan espacios académicos para el estudio de la situación de la mujer. Pero será en 1999 con la Revolución Bolivariana, con el Comandante Supremo Hugo Chávez Frías que se abrirá una nueva etapa del feminismo en Venezuela, al elevar derechos de las mujeres con valor y rango constitucional como plataforma que da apoyo a luchas feministas centenarias, se logra por esta vía un nuevo y elevado grado de  justicia, equidad e igualdad para la mujer. Más sin embargo, debemos seguir trabajando en este sentido.
Hoy en los albores del siglo XXI el feminismo es asumir una convicción que tiene como principios la igualdad de políticas, derechos y libertades con enfoque de género, por lo tanto, no sólo las mujeres, sino los hombres cada vez más deben  asumir esta postura que libera a la sociedad de las normas patriarcales y hegemónicas que anulan, maltratan y en muchos casos explotan a la mujer desde una falsa consideración de inferioridad.

miércoles, 16 de mayo de 2018


  ¿Leer por necesidad o la necesidad de leer?

Leer ata, leer en otros casos desata, en todo caso es, siempre, una experiencia única que cada ser humano tiene la posibilidad de vivir, pues como dice Italo Calvino, “leer es ir al encuentro de algo que está a punto de ser y aún nadie sabe qué será...”, como lectores tenemos en cada texto una posibilidad de realización única e irrepetible.  ¿Por qué entonces no hay ríos de lectores?

Leer es, esencialmente, entender, poder desentrañar un texto escrito que no se ha visto nunca antes o que se tiene que volver a releer. He allí la dificultad de toda lectura. Por ello la buena o mala realización de la misma, es esencial para lograr entender lo leído. 

La lectura es una actividad intelectual compleja. Como tal exige ciertas circunstancias y cualidades al momento de llevarla a cabo. No todo el que lee es lector; existen muchos presuntos lectores –aquellos que leen sin comprender-. Nuestros estudiantes, son un claro ejemplo de ello,  agobiados por un sinfín de contenidos con urgencia evaluativa, que producen efectos paralizantes y desmotivantes hacia una de las actividades más productivas del ser humano.

Hoy en día, en una sociedad de la imagen, con una incesante actividad donde los medios de comunicación están permanentemente digiriendo información por el espectador, encontramos un descuido de los procesos inherentes a la lectura como lo son: el análisis, la síntesis y la crítica.

Estos procesos siguiendo a Rafael Tomás Caldera podríamos definirlos de la siguiente manera:

Análisis: alcanzar los diversos elementos que componen el todo. Se trata de determinar las unidades elementales de sentido, las afirmaciones que controlan la significación del texto en su conjunto.

Síntesis: recomponer el todo a partir de los elementos obtenidos, o ver el todo en su articulación. En este proceso el lector se acerca al oficio de escritor, en tanto que (re)compone el texto.

Crítica: apreciar su sentido y cualidad. En este momento el lector hace ejercicio de su criterio, ello lo conduce a exponer de qué trata el texto y cómo podría ser leído. Se intenta formalizar un juicio.

Estos tres procesos son la amalgama básica con la que se elabora el proceso de lectura, no cabe la posibilidad de  producir un proceso sin otro; el análisis sin la síntesis sería un conjunto de partes inconexas, la síntesis sin el análisis sería, un falsa proyección de lo que se cree haber entendido, sin posibilidad de comprobación; sin los procesos mencionados la critica no podría materializarse, pues se alimenta de ellos.

Nuestros estudiantes presentan dificultad en los procesos de aprendizaje, producto de un inoperante proceso de lectura, a pesar de que creen cumplir con el proceso ya descrito no logran conquistar el fin último que perseguimos al leer: ENTENDER.

Entender un texto es seducirlo para que con suavidad nos declare qué siente; como señala Jorge Aristizábal Gáfaro debemos lograr que el texto se nos desnude y nos enseñe sus encantos; para que nos entregue generoso sus sentidos y para que su piel bruñida por nuestra mirada sea espejo donde podamos ver de qué estamos hechos.  Por ello el entender, el interpretar es seducción; es combatir el silencio y la inercia, es vencer el cerco mortal de la rutina para crearnos y recrearnos en cada instante de lectura.

El hombre tiene necesidad de conocer, de comprender, de construirse, para ello la lectura es una herramienta insustituible. A juicio de Alberto Manguel  leer en una página es sólo una de las muchas formas en que el hombre lee. Se lee la hora, un plano, las estrellas, una partitura, las cartas, una coreografía, una insignia, la tristeza de un rostro, el brillo de los ojos amados, éstas son formas de extraer significado, de leer. Todos nos leemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea para entender. Constantemente, si no nos queremos perder, debemos leer. 

Leer también debe emplearse como sinónimo de placer. El lector debe querer leer; la pedagogía insana no considera este detalle, no persuade al estudiante de tener esta necesidad, simplemente coloca al lector en la penosa tarea de ver conjuntos de letras incomprensible y aburridas, que posteriormente se dibujarán en una evaluación para lograr una nota... ¿dónde quedan en este proceso las necesidades, intereses e inquietudes del lector?, ¿qué aporta  este necio  proceso al crecimiento intelectual del estudiante?, ¿qué justifica tal esfuerzo?, ¿es necesario atestarlos  de presuntos conocimientos inútiles, a su juicio?; ¿leer para qué? , ¿para quién?... 

Esta son las preguntas que distraen al lector del proceso, ellas cierran la posibilidad de ser del lector y de la lectura.  Vale citar en este punto a Alfonso Reyes: “El libro, como la sensitiva, cierra sus hojas al tacto impertinente. Hay que llegar hasta él sin ser sentido. Ejercicio, casi, de faquir. Hay que acallar previamente en nuestro espíritu todos los ruidos parásitos que traemos desde la calle, los negocios y afanes, y hasta el ansia excesiva de información literaria. Entonces, en el silencio, comienza a escucharse la voz del libro; medrosa acaso, pronta a desaparecer si se la solicita con cualquier apremio sospechoso”.

Si no estamos bien dispuestos y vamos a la lectura sin estar preparados, perderemos el tiempo, el texto permanecerá silencioso y la tan anhelada comunicación no se producirá; sin embargo, creeremos erróneamente estar leyendo, y dando por concluido un proceso que jamás iniciamos.

Leer para comprender eliminaría la frustrante sensación de habernos esforzado en leer un texto y no haberlo comprendido, sentir que hemos perdido nuestro tiempo.

Como lectores debemos cultivar la necesidad de leer; está en nosotros la magia de construir y comprender, si esto se logra por transitividad podremos cumplir con las exigencias de los procesos académicos formales de forma más provechosa, efectiva y exitosa.

Es necesario leer y leer bien. A medida que leemos se van descubriendo mundos a través de temas y autores, ello, irremediablemente, irá creando en el lector la necesidad de leer por convicción y no por obligación.


 Caldera, Rafael Tomás. 2000 De la lectura del arte de escribir. Venezuela. 
Edit. Vadell Hermanos.
Manguel, Alberto. 1999 Una historia de la lectura. Bogotá. 
Grupo Editorial  Norma. 
Interlenguajes. Revista de semiótica y Lingüística, Teórica y Aplicada. 2000 
Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá Colombia. 























martes, 1 de mayo de 2018


¿Somos Sujetos u Objetos de la educación?

Se ha observado, con preocupación, que el desempeño de los y las estudiantes en las diferentes asignaturas se ve afectado, en muchos casos, por la falta de un buen dominio de su lengua materna. Ello nos ha motivado a una reflexión y a plantearnos estrategias de trabajo que ayuden a mejorar  tal situación.
Es visión compartida que el aprendizaje de una lengua es una tarea compleja y prolongada que requiere, además de una cierta dosis de talento natural actitudes, convicciones y hábitos de trabajo determinados.
No obstante, entendemos que la mayoría de nuestros estudiantes viven en un medio que alimenta actitudes, convicciones y hábitos de trabajo que conspiran tenazmente contra su éxito. Hay factores que inciden negativamente sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje de la lengua en nuestra institución.
Cotidianamente los docentes comentamos que los medios de comunicación nos someten al bombardeo de la publicidad masiva, estratégicamente diseñada para convencernos de que podemos lograr prácticamente cualquier cosa  con sólo  desearlo, esto se traduce en éxito seguro, rápido y sin esfuerzos.
En nuestro caso en particular, sería poco serio ofrecerle al cadete y/o cadeta un dominio de su lengua materna realizando un mínimo esfuerzo por un breve tiempo; pues hacerlo sería deshonesto de nuestra parte. Es nuestra meta que se desempeñen correctamente como estudiantes de educación superior. Ello consiste en que oigan y entiendan clases magistrales, participen activamente en seminarios y clases prácticas, lean y comprendan material biográfico y hemerográfico a su nivel y especialidad, presenten exámenes escritos y orales y se inicien en la investigación científica en su campo. Es difícil precisar en cuánto tiempo un estudiante aprende a dominar las habilidades necesarias para realizar las actividades que acabamos de mencionar, pero, sin duda, en la mayoría de los casos se necesitará un trabajo continuo y firme durante varios años, además de la clara decisión, por parte del propio cadete y/o cadeta, para lograr su meta. Estamos de acuerdo con la profesora Diana Sasso (1989) quien afirma que el dominio cuantitativo de los recursos de una lengua que requiere un estudiante de educación superior  no es una meta que pueda alcanzarse por casualidad.
Diariamente, observamos que un alto porcentaje de estudiantes, en los diferentes niveles, exhiben la actitud típica de un consumidor objeto: yo vengo a que me enseñen, a que me preparen, a que me den, en lugar de pensar como sujeto, vengo a aprender, a prepararme, a dar. Lo que realmente subyace en esta actitud es que es responsabilidad de la institución el proceso de enseñanza, cuando el principal responsable de ella debe ser el o la estudiante; es en él o ella donde debe radicar la disposición y la voluntad de aprender. Esta actitud, conveniente y cómoda, le permite encontrar fuera de él o ella  las causas de su fracaso académico, es decir, la culpa la tienen los profesores, los programas, el libro de texto, los materiales de apoyo, el horario, el excesivo número de cadetes por aula, el sistema de evaluación entre otros. Se puede llegar a escuchar que si los estudiantes no están  motivados por aprender la responsabilidad es predominantemente del docente, “¡no ha sabido motivarlo!”…
Esta visión concibe al educando como un punto de encuentro de influencias externas, o como una esponja absorbente, pero no como una persona autónoma y con voluntad propia para alcanzar determinado grado de preparación. Esta visión no permite que formemos un oficial responsable de su saber, crítico, con espíritu para la investigación, para lo que si ayuda es para formar un consumidor de cualquier información, un sujeto poco exitoso, en tanto que deja a otros, o en el mejor de los casos al azar, la responsabilidad de su aprendizaje, evolución y desarrollo.
Creemos que el dominio cabal de la lengua materna podría permitir  que el cadete y/o cadeta participara activamente en su proceso de aprendizaje, lo cual redundaría en un mejor rendimiento académico. Es importante que el estudiante entienda que ni las más fabulosas  circunstancias exteriores pueden sustituirlo en su tarea de crecer intelectualmente.
 Sin duda, creemos que uno de los caminos que debe transitar cotidianamente el cadete para mejorar su rendimiento es el de la lectura. Entendiéndose por saber leer, Diana Sasso (1989), el poder desentrañar el sentido de un texto escrito que no se ha visto nunca antes. El cadete debe ejercitarse en la reproducción y producción de información con un aceptable nivel de calidad.
¿Pero cómo lograrlo? Siguiendo  a la Dra. Ofelia Gasso (1999), en su artículo: una Experiencia sobre la comprensión de textos, proponemos, sin ánimo de receta, el empleo del siguiente algoritmo para la compresión de textos:

1.    Realizar la lectura del texto varias veces (mínimo dos). Hacerlo en forma concentrada e intentando desentrañar el sentido del mismo. Se recomienda la lectura silenciosa. Una vez terminada, reflexionar sobre lo leído y reconocer que ha quedado de ella en la memoria.

2.    Descodificar las incógnitas lexicales que se presenten. En ocasiones se puede recurrir al despistaje por contexto, pero, en el caso de que no se tenga a la mano el significado DEBE recurrirse al diccionario. Seguir leyendo sin despejar la incógnita entorpecerá la comprensión del texto, éste se convertirá en no significativo y por último olvidado.

3.    Identificación de la idea central del texto. Dar con clave semántica del texto llevará a la compresión del mismo, en virtud de que el texto gira conceptualmente en torno a ella.

4.    Ubicar las redes de palabras vinculadas a la idea central. Toda idea central tiene un conjunto de palabras que la amplían, ejemplifican y explican. Es recomendable  el empleo de mapas concepto o algún tipo de esquema que muestre estas relaciones.

5.    Localización del punto de interés personal. El lector se puede ayudar, para llegar a la comprensión  de un texto,  del análisis de los signos de puntuación, la reiteración, el empleo de los diminutivos o aumentativo, pues en ocasiones estos poseen un especial significado.   

6.    Análisis de estructuras sintácticas. El lector se puede ayudar, para llegar a la comprensión de un texto,  del análisis de los signos de puntuación, la reiteración, el empleo de los diminutivos o aumentativos, pues en ocasiones estos poseen un especial significado.

7.    Verbalización del texto en forma oral y/o escrita. Cuando no se es capaz de verbalizar el contenido de un texto leído, definitivamente, no se ha comprendido. Para comprobar el nivel de comprensión obtenido es imprescindible que el lector logre traducir con sus propias palabras los contenidos conceptuales del texto.

Párrafo aparte merece el aspecto relacionado con la evaluación, no se pretende examinar el sistema en sí mismo, sino su influencia en el aprendizaje de la lengua. La pretensión de un instructor, ajeno a la asignatura de la lengua, de corregir, con demérito en la puntuación, la mala redacción o errores ortográficos produce molestia y desacuerdo por parte de los estudiantes, quienes argumentan que la redacción y ortografía no forman parte de los contenidos de otras materias diferentes a lengua y comunicación. Esta sería una apreciación fragmentada de un proceso que debe ser integral. Según la profesora Diana Sasso (1989), dominar una lengua es poder servirse de ella en situaciones reales y eso siempre implica el manejo simultáneo y correcto de diversos aspectos de la misma en diferentes contextos. Cómo creer que se puede comprender una definición, si el sujeto no puede ni parafrasearla correctamente. ¿Podrá, entonces analizarla, explicarla o evaluarla?, este aspecto merece especial reflexión.
El cadete y/o cadeta debería poder disponer de los nuevos conocimientos en el momento que los necesite, y no exclusivamente para un examen. La atomización  del aprendizaje  atenta  contra el análisis, la síntesis y la evaluación; es decir, contra el crear y el pensar. Es indispensable que el estudiante sea sometido a situaciones en las que deba resolver problemas nuevos para él. Sólo de esta manera le estaremos proporcionando la oportunidad de ser creativo, al tener que seleccionar medios diferentes a los ya usados para resolver una determinada situación. Sin duda, diariamente se debe estimular el pensar.
La Universidad Militar Bolivariana de Venezuela contempla en su filosofía el reto permanente de mantener y mejorar su nivel de rendimiento, para ello debemos permanecer en constante reflexión y preparación, en la búsqueda de la excelencia educativa que tenemos como principio rector.






lunes, 5 de marzo de 2018

Regreso...


     La Guaira desde los ojos de la tristeza superada, ya no es azul, sino dorada. Con un resplandor que de mirarlo ciega. Desde un balcón la serenidad que irradia la mar es como el sol, y sería en femenino, como diría mi madre, pues por lo inmensa y atractiva tiene que ser ella, femenina, fecunda de vida y a ratos oscura con tempestad indomable.
     Es grato ver el camino despejado, el orden del sistema, lo verde de paisaje, la armonía de plumas y escamas, nuestro centro iluminando todo, brindando calidez y paz a todo y a todos.
     Puedo ver la danza de nubes que invitan a figurar formas, sin fondo, que divierten y se desvanecen a la segunda mirada.
     Desde el confort civilizado se puede mirar lo moderno abrazando a lo natural y a ratos salvaje. Desde la altura se imagina sumergido un paseo marino donde corales y algas se besan eternamente.
     Es el afuera, es el adentro… es un viaje anclado en  el ayer… entonces, éste no es un viaje,  es una extraña vuelta con regreso a ningún lado… o al de siempre.